Capítulo 3
La conversación con mi abuela se alargó
media hora en la que acordamos que cogería un avión en las vacaciones de
Pascua, me quedaría con ella las dos semanas y la ayudaría con el funeral,
después le pasé el teléfono a mi madre para que concretará los detalles.
No me sentí demasiado entusiasmado con
la idea de pasar 2 semanas en el pequeño “pueblo” de mi abuela. Tampoco estoy seguro de que pueda llamársele pueblo,
muy poca gente vive allí y ni siquiera aparece en los mapas. Está rodeado de
montañas y llanuras inhóspitas y deshabitadas, la mayoría de los inviernos
queda inaccesible por las nevadas, por lo que los lugareños reúnen provisiones
para el invierno. Aunque tampoco puede decirse que el resto del año haga mejor
tiempo. También es frecuente que quede incomunicado por las tormentas en
cualquier fecha del año, las líneas telefónicas, internet…podía decirse que
todo lo relacionado con la tecnología era muy endeble en aquel lugar. Cuando yo
era pequeño, recuerdo que solíamos ir allí de vacaciones regularmente, y jugaba
con un niño de mi edad, Hank. Era mi mejor amigo hasta que murió mi padre y nos
distanciamos, porque desde entonces no
había vuelto allí. Resulta curioso que la muerte, que me alejo de aquel lugar,
sea la que de nuevo, me lleve de vuelta.
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