sábado, 16 de junio de 2012


Capítulo 3
         La conversación con mi abuela se alargó media hora en la que acordamos que cogería un avión en las vacaciones de Pascua, me quedaría con ella las dos semanas y la ayudaría con el funeral, después le pasé el teléfono a mi madre para que concretará los detalles.
         No me sentí demasiado entusiasmado con la idea de pasar 2 semanas en el pequeño “pueblo”  de mi abuela. Tampoco  estoy seguro de que pueda llamársele pueblo, muy poca gente vive allí y ni siquiera aparece en los mapas. Está rodeado de montañas y llanuras inhóspitas y deshabitadas, la mayoría de los inviernos queda inaccesible por las nevadas, por lo que los lugareños reúnen provisiones para el invierno. Aunque tampoco puede decirse que el resto del año haga mejor tiempo. También es frecuente que quede incomunicado por las tormentas en cualquier fecha del año, las líneas telefónicas, internet…podía decirse que todo lo relacionado con la tecnología era muy endeble en aquel lugar. Cuando yo era pequeño, recuerdo que solíamos ir allí de vacaciones regularmente, y jugaba con un niño de mi edad, Hank. Era mi mejor amigo hasta que murió mi padre y nos distanciamos,  porque desde entonces no había vuelto allí. Resulta curioso que la muerte, que me alejo de aquel lugar, sea la que de nuevo, me lleve de vuelta.

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